El soplo del vendaval (6)

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13
mayo
El soplo del vendaval (6)

CAPÍTULO VI Jesús despertó sobresaltado. Aún era de noche. Se llevó la mano a la chaqueta y palpó el revólver. Respiró tranquilo. Carcajadas. No se movió, solamente eran unos cuantos revoltosos. Aquello no era ya una revuelta. No era la revolución. No la suya. Era pillaje. Deseó estar con su hermano únicamente para librarse de vivir otra jornada como la anterior. En África, después del incidente del ferrocarril el día 9 de julio, el general Marina, gobernador de Melilla, decidió frenar la presión de los rifeños atrincherados en el Gurugú ocupando Sidi Amet, Sidi Alí, Sidi Musa y Atalayón. Sufrió 300 bajas en Sidi Musa. Y con las recién llegadas tropas de reservistas, el general Pintos, decidió penetrar en el Gurugú alegremente cruzando el Barranco del Lobo. Tomás sólo escuchó un aguacero de balas antes de caer con la cabeza atravesada por una junto a mil soldados más, que murieron... >> Leer más

El soplo del vendaval (5)

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06
mayo
El soplo del vendaval (5)

CAPÍTULO V -¿Que te deje dormir aquí? -Bueno, no se me ocurre otro sitio mejor. Rosa hizo un mohín. -Vete con tus compañeros. -Le das la razón a mis padres. -¿Qué te esperabas? Jesús no respondió. Comenzó a bajar las escaleras. -Jesús… Se detuvo. -¿Qué? -Sube. A saber lo que harás si te dejo ir. -No soy tan fiero. -No. Simplemente idiota. Sube. Te dejo quedar si no te metes en problemas. La sonrisa que apareció en el rostro de Jesús le dio un aspecto infantil. -Adiós, Rosa… Adiós, no hasta luego. -… a otro le mentiría. A ti, no. Continuó descendiendo. El corazón de Rosa latió. -¡Jesús! –llamó, pero el muchacho ya había salido a la calle. Rosa entró en el piso y cerró la puerta apoyándose en ella. Tenía ganas de llorar. Entró en la habitación. Allí tenía un espejo que formaba parte del mueble donde estaba la... >> Leer más