El soplo del vendaval (22)

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02
septiembre
El soplo del vendaval (22)

CAPÍTULO XXII …te equivocas al creer que hemos ganado la República. Jesús detuvo la escritura. Desde que regresó en ningún momento le oyó Orosia la insinuación de abandonar el pueblo para regresar a la ciudad, acaso, se dijo la mujer, porque los recuerdos de ésta no eran los mejores. Fue allí donde pasó hambre, donde aprendió a odiar a los ricos y a poner bombas. Mas sólo era una suposición, porque Jesús no soltaba prenda al respecto. Algo que no ocurría con lo demás, habiéndole confesado su cambio de mentalidad política, más extremista, entendió Orosia. Si antes ellos eran los buenos, ahora todos eran malos, tanto la derecha como la izquierda, a la que tachaba de hipócrita; y puesto que no había otras alternativas, Jesús se había resignado completamente desengañado abandonando toda actividad. No sabía nada sobre el trabajo en el campo, era demasiado niño cuando se fueron a Barcelona... >> Leer más

El soplo del vendaval (21)

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26
agosto
El soplo del vendaval (21)

CAPÍTULO XXI Se detuvo observándola en la esquina. Parecía tener más edad de la real. Los años de duro trabajo sacando adelante a tres niños, el campo, la casa… no le habían afectado; era una mujer fuerte y decidida, pero sí le había pasado factura la nostalgia del amor perdido. Aquellas arrugas a la altura de los ojos, aunque leves, no deberían haber existido en un rostro todavía joven. Llevaba el cabello recogido en un coqueto moño, lo que ayudaba a que pareciera más mayor. Jesús no pudo evitar fijarse en los contrastes cobrizos y pardos que creaba la luz del sol, según incidía en el pelo al mover la cabeza mientras trabajaba. Quizá fuera un sistema práctico de ir bien peinada sin que molestara al trabajar, práctico y barato, pues no se precisaba peluquera para confeccionar un pequeño moño, pero a Jesús no le gustó; siempre había relacionado aquel... >> Leer más