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26
febrero
POLVO AL VIENTO (55)

CUARTA PARTE

DESPERADO

CAPÍTULO 7

¿Dónde está Billy?

Durante los meses siguientes Kid, a juzgar por los periódicos, fue poco más que el holandés errante. Fue visto en Texas, Nuevo México, Colorado, Arizona y hasta en el Viejo México, pero las ciudades no se quedaron atrás: Tascosa, Austin, Las Vegas, Siete Ríos, Roswell, Fort Sumner, Denver, Tombstone…

El soplón de Barney Mason afirmó a “Las Vegas Morning Gazette”, que lo había visto en el camino de Lincoln a Fort Sumner. El ranchero Brazil escribió a Pat Garrett diciéndole que él no lo había visto, pero que se tenía la certeza que estaba en Fort Sumner. Algo que Garrett sabía con total seguridad desde que el propio Billy le remitiera una nota citándole en dicha población y que se trajera las pistolas.

Garrett, en cambio, no tenía la menor intención de enfrentarse con él y dejaba pasar los días, las semanas, los meses sin moverse de su despacho de Lincoln cuando no encerrado en casa, hasta el punto que ya eran varias las voces que censuraban su proceder.

***

Billy había desenterrado el dinero falso que escondió en Stinking Springs, cuando lo detuvieron, junto con un revólver del .45 que dejó allí. Pero tras aquellos meses, la humedad y la tierra habían dejado inservible el arma, aparte que las que tenía ahora del .44 eran mejores, por lo que, si bien cogió el dinero, abandonó la pistola en un rincón.

Con aquel dinero se había mantenido un tiempo con gastos tan discretos que nadie se percibió que el dinero era falso.

Viajaba de noche y dormía de día hasta que llegó a Fort Sumner. Allí se hospedaba en ranchos o en campamentos de ovejas, trabajando tanto de vaquero como de pastor.

Las cosas no le salían como esperaba. A mediados de mayo se había presentado en el rancho de John Chisum, en South Springs, con la intención de obsequiarle un par de onzas de plomo. Encañonó a un cowboy mexicano y le instó a que entrara en la casa e hiciera salir a Chisum.

-No está. Se fue de viaje.

Había escurrido el bulto el mismo día que se corrió que Kid había escapado de la cárcel.

-Te volaré la cabeza si me mientes.

El tono no dejaba lugar a dudas.

-No miento. Lo juro por la Madrecita.

Billy amartilló el revólver. A esa distancia no podía fallar. El mexicano vio girar el cilindro a cámara lenta. Juró y perjuró que decía la verdad.

Kid guardó el arma y abandonó el rancho. Mientras lo hacía se preguntó si habría sido capaz de matar fríamente a aquel vaquero. No quiso responderse; tenía miedo a la respuesta.

Acampó en las cercanías vigilando el rancho hasta que se convenció de que el mexicano le había dicho la verdad.

Con la primera de sus venganzas fracasada Billy cabalgó hacia Fort Sumner, en busca de la segunda.

***

Barney Mason conducía la carreta, con su esposa sentada al lado, desde Santa Rosa con dirección a Lincoln cuando vio a Billy yendo hacía él a caballo. Estaba aún muy lejos, pero su silueta montada era inconfundible.

Buscó como un loco a su alrededor. Ni un árbol ni una roca donde esconderse, todo era campo abierto.

***

Kid detuvo el corcel. A lo lejos aquella carreta que venía en camino se había parado.

***

La única solución era disfrazarse, que no lo reconociera. Barney le quitó la mantilla negra a su esposa, se la echó sobre los hombros, se caló el sombrero de su mujer hasta los ojos, extendió la redecilla de protección solar sobre su cara para ocultarla lo más posible; se acurrucó en el asiento encogiéndose todo lo que pudo…

***

Billy seguía intrigado todos los movimientos de Barney, sin saber quién era, preguntándose por qué hacía aquellas cosas tan raras.

Hizo caminar el caballo cuando vio que la carreta se ponía en marcha a trote rápido.

A medida que se aproximaban reconoció a la esposa de Barney Mason y al soplón. Sus ojos brillaron divertidos. Sus labios se movieron en un rictus aguantándose la risa.

Se descubrió la cabeza cortésmente, como un caballero, al cruzarse llevando el sombrero al corazón con una pequeña reverencia.

-Señoras –saludó galantemente todo sonrisas.

Cuando terminaron de pasar Billy movió la montura para no darle la espalda a Mason.

Rompió a reír a carcajadas tan pronto se alejaron y con la risa se le fueron las ganas de matarlo.

Aunque no lo habría hecho estando la esposa delante, no podía negar que habría quedado un cadáver muy coqueto. Se preguntó qué habría dicho la gente, en caso de liquidarlo, al descubrir el fiambre vestido de mujer.

Con el segundo ajuste de cuentas fracasado sólo quedaba Pat Garrett. Le había escrito diciéndole dónde estaba, pero era ya junio y no daba señales de vida.

Por Garrett, Kid podía esperar hasta hacerse viejo.

***

Siempre se había impuesto el amor a su sentido común y esta vez no era diferente. Era joven, demasiado joven. Con diecinueve años el corazón dominaba la cabeza.

Tampoco se hacía ilusiones.

Permanecía en Fort Sumner y sus alrededores sabiendo que cada día podía ser el último, pero en lugar de amargarse su sentido práctico le hacía disfrutar al máximo, gozando de cualquier fruslería que le llamara la atención, sin planes para el futuro, como hacía durante la guerra, porque el futuro, igual que ahora, no existía, tan sólo el momento. Cada día que pasaba, sin que apareciese Garrett, lo aprovechaba haciendo lo que le gustaba; trabajando en los diversos campamentos de ovejas y vacas que había en la zona; festejando a Celsa; alojándose en casa de los Gutiérrez, de Jesús Silva, con la viuda de Bowdre y terminando en el rancho de Frank Yerby, al norte de Fort Sumner, donde pasó la mayor parte del tiempo trabajando e hizo buenas migas con uno de los cowboys, Billy Barlow. A Yerby ya no le importaba que permaneciera allí. Habían trapicheado tanto ambos cuando Billy robaba ganado y lo marcaba en su rancho, que se habían convertido en buenos amigos.

Contra toda lógica se sentía feliz. Era algo difícil de entender y peor de explicar. No supo cómo decírselo a Saval Gutiérrez cuando éste le preguntó por qué se arriesgaba y no se iba al Viejo México sabiendo que nunca daría su consentimiento para que se casara con Celsa.

Saval se encontraba entre la espada y la pared. Por un lado Pat Garrett era su cuñado a pesar de tenerlo en poca estima. Por otro, aunque apreciaba a Billy, no le gustaba que su hermana pequeña uniera su vida a un condenado a muerte.

La posibilidad de que algún día Pat Garrett y él se convirtieran en concuñados hacía gracia a Billy; a Saval, ninguna. Pero tampoco pensaba delatarlo; Kid era mil veces mejor persona que Pat.

***

Como Pat Garrett no daba ningún paso finalmente le obligaron a darlo.

El 8 de julio se presentó en su oficina de Lincoln John W. Poe, detective de la Asociación de Ganaderos del Panhandle, diciéndole que había descubierto que Kid Bonney tenía su cuartel general en Fort Sumner, a cien millas de White Oaks.

Alarmado Garrett se mostró escéptico respecto a la veracidad de la noticia y reacio a perseguir humo, pero Poe no era alguien a quien pudiera influenciar o engañar ni estaba bajo sus órdenes. Ante su insistencia y seguridad de que Billy estaba en Fort Sumner, no le quedó a Garrett más remedio que transigir y acompañarle, no fuera que, al final, Poe lo denunciara por negligencia al deber.

En Roswell encontraron a Thomas McKinney, el primo de Tom Folliard. McKinney se había desplazado de Texas a Arizona persiguiendo a un ladrón de caballos llamado Buck Edwards. Cumplida su misión, regresaba a Texas habiéndose detenido en Roswell para pasar la noche.

Cuando Poe le comentó que se dirigían a Fort Sumner a capturar a Billy the Kid se unió a la partida. Todavía lo consideraba culpable de la muerte de su primo y deseaba verlo colgado.

La noche del 13 de julio los tres hombres establecieron un campamento en la desembocadura del arroyo Taiban, cinco millas al sur de Fort Sumner. Como a Poe no lo conocía nadie se acordó que se acercaría al pueblo al día siguiente a ver qué podía averiguar.

***

-Mañana hay baile en Fort Sumner –dijo Billy Barlow cuando terminó la jornada en el rancho de Frank Yerby.

-¿Mañana? –repitió Kid-. Es jueves.

-Sí, pero es 14 de julio.

-¿Y qué? No es festivo.

-Es el día nacional de Francia.

-¿Qué tiene que ver Francia con Fort Sumner? Esto es Nuevo México. Perteneció a España no a Francia.

-¿Olvidas que Lucien Bonaparte Maxwell tenía ascendencia francesa? Es una forma de recordar al hombre que convirtió el fuerte en una población.

-Ya –reconoció Billy. Tenía tantas cosas en la cabeza que lo había olvidado.

-¿Piensas ir?

-Por supuesto. Nunca me pierdo un baile, pero quizá llegue tarde. Primero tengo que ir al campamento de ovejas de Frank Lobato. Necesita que le echen una mano y le prometí que acudiría mañana.

-Entonces nos vemos en el baile.

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