Decía mi abuelo que lo peor que tiene España son los españoles. Nos avergonzamos de serlo sin tener en cuenta que si España es una vergüenza lo es por culpa nuestra, que somos quienes la constituimos y no al revés.

No hacemos alarde de la bandera por miedo a que nos traten de fascistas. Sentimos deshonra de nuestro pasado como si fuera algo horrendo.

Los republicanos hacen pasar por morado lo que es rojo carmesí.

La izquierda va al revés del mundo; siempre ha sido centralista dominando el país entero allí donde consigue el  poder. Aquí se alía con los separatistas que quieren convertir España en unos insulsos reinos taifas.

Recordamos nuestras derrotas y olvidamos las victorias.

Timoratos y con complejo de inferioridad nos creemos, sin espíritu crítico, la Leyenda Negra y debemos pedir perdón por nuestro pasado, por descubrir América y evangelizarla. Por esa regla de tres, el alcalde de Roma debería pedir perdón a los países cuyos antepasados fueron conquistados por el Imperio Romano. Inglaterra, pedir perdón a España por su victoria de Trafalgar, y España a Inglaterra por las derrotas que sufrieron a nuestra manos. Los musulmanes, pedir perdón a España por invadir el hispano reino visigodo, y España a los musulmanes por la Reconquista. Japón a EEUU por Pearl Harbor, y EEUU a Japón por la bomba atómica…

De ser una de las naciones más antiguas de Europa, ahora resulta que somos poco menos que una invención franquista.

Si antes algunos hablábamos mal el español porque éramos de pueblo, ahora todos lo hablamos mal si no somos ‹‹inclusivistas››.

¿Puede haber mayor desatino o desatina?

Aunque, ¿qué otra cosa o coso se puede esperar de gentes, gentas y gentos que, según Benito Pérez Galdós, tenemos poco ses@ o ningun@?

Al final, tendrá razón mi abuelo.