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25
marzo
EL CRITICÓN

EL CRITICÓN

Autor: Baltasar Gracián

            La determinación del autor con esta obra es moralizar y hacer cátedra de la vida humana. Reseña los contratiempos que se encuentran desde el nacimiento hasta la muerte, muerte que sólo ocurre en los viciosos, libidinosos, pervertidos, lujuriosos… es decir, en los que caen en las pasiones y males sin querer regenerarse. Sin embargo, los prudentes o los atolondrados que, a pesar de caer, quieren y consiguen levantarse, esos entran en la inmortalidad, la cual (aunque Gracián las unifica) tiene dos partes: la propiamente dicha, y la inmortalidad humana o fama, ganada por personas comunes en hechos, mas victoriosos en la lucha contra los vicios.

            Gracián trata de regenerar el sistema de vida de la España de su tiempo, en primer lugar, y después de toda la humanidad, pues su pesimismo abarca por entero a ésta, ya que afirma que el hombre es un zaino, pero cree erróneamente que los siglos pasados fueron mejores; por ello utiliza los ejemplos de la antigüedad para mostrar un presente horrendo. Así, todas las virtudes imperaban antaño mientras que los vicios reinan en el presente. No obstante considera que el mundo es una rueda que da vueltas, por lo que el pasado volverá a aparecer, le seguirán tiempos como el presente y volverá a comenzar. Gracián intenta que nos demos cuenta de esta realidad cíclica para que rompamos el círculo cogiendo finalmente la recta hacia la inmortalidad, hacia Dios.

            De toda su riqueza literaria lo que predomina en todo el libro es la alegoría, apareciendo personajes como la soberbia, la gula, el desengaño, la muerte… Predomina por otra parte lo intelectual a lo emotivo, las ideas a lo sensorial, pero entremezclado con tanta agudeza que se encuentra sabio y sensible, filosófico y emocionable. Es decir, existe en la obra una dualidad permanente de conceptos y estilos.

            Abundan igualmente las antitesis, las elipsis de elementos gramaticales dando a la frase un ritmo rápido, pero también una prosa lacónica y condensada.

            Junto a la agudeza y la alegoría se halla de tanto en tanto un humor, en ocasiones negro, que aparece en momentos afortunados como debido a la visión crítica del mundo.

            ‹‹El Criticón›› está lleno de acertadas agudezas, importantes máximas morales, ironía, grandes reflexiones, ácidas censuras y divertidas sátiras.

            Gracián está plenamente influenciado por el Barroco. El siglo XVII es pródigo en desastres españoles, en él hay miseria, derrotas diplomáticas y militares, descomposición interna, guerras civiles, hambre. Todo esto lleva a un pesimismo e indiferencia que repercutió en la cultura. Literariamente originó o bien una alegre inconsciencia (Lope de Vega) o bien un desolador pesimismo (Quevedo y Gracián)

            No queda ya nada de la alegre confianza en la bondad de la Naturaleza, la vida se convierte en un problema.

            Por otra parte, se produce la Contrarreforma y la noción cristiana del pecado original se clava en la mente de todos y la ilusión humanística de la bondad natural del hombre deja paso a un radical desengaño.

            Existe en la España del siglo XVII desilusión, desconfianza, desengaño, pero al mismo tiempo se experimenta un ascenso a nivel moral, una vida muelle, lujo, placeres, y también vagos, mendigos, delincuentes y oscurantismo medieval; todo producto de las guerras y la indiferencia del Gobierno.

            Gracián arremete contra tal estilo de vida mediante conceptos morales, los cuales son derivados del concepto de la vida como lucha; es pues una moral de combate. Cree que es preciso actuar sin descanso, poniendo en tensión la voluntad y la inteligencia. Para Gracián triunfar sobre la vida consiste en tener prudencia, desconfianza y recelo.

            El hombre del Barroco sabe que las cosas buenas o malas, bonitas o feas, verdad o falso. Existe una dualidad y nos ofrece en un mismo plano lo pequeño y lo grande, lo blanco y lo negro. Gracián, lo mismo; para él las cosas tienen un doble valor, según se mira su apariencia engañosa o su oculta y auténtica realidad. Sin embargo, con todo y con eso, el concepto del hombre y de la vida, en Gracián, es básicamente negativo. Aquel es lo peor de los seres creados por Dios; ésta, sólo es un engaño y lucha constante.

            En el sentido moral la obra de Gracián tiene similitudes con otros libros morales como el ‹‹Eclesiastés›› de la Biblia, en donde se insiste en la vanidad de las cosas terrenas. En esto también posee alguna semejanza con las ‹‹Confesiones›› de San Agustín.

            Como Marcial también refiere con gracia e ingenio las miserias y ridiculeces humanas, con la diferencia que el bilbilitano únicamente hace burla y Gracián moraliza.

            Con los escritores barrocos lo único que tiene de comparación son los puntos generales de este estilo literario.

            En conclusión, ‹‹El Criticón›› es un libro moral y poético. Moral en cuanto muestra las virtudes y los vicios tratando de conseguir que la humanidad sea mejor reparando sus defectos. Es poético por su estilo, todo alegoría y bellas frases. La descripción que hace de la naturaleza es muy superior a la de muchos poetas. Su conocimiento del alma humana, expresado en un estilo sublime consigue que estas personas parezcan irreales y que, por tanto, diríanse hechos para una sociedad de hombres artificiales, según definió las creaciones de Gracián, Joaquín Costa. Respecto a ‹‹El Criticón›› no hay tal. El poema –me parece más correcto llamarlo así en lugar de novela- refleja lo que pasa cada día, representa nuestra propia vida, vicios, virtudes, amor, guerra, pasiones; todo está dentro de él. Por muy indiferente que se lea impresiona, consuela, excita, altera, afecta y emociona.

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