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26
marzo
POLVO AL VIENTO (59)

CUARTA PARTE

DESPERADO

CAPÍTULO 11

Resquiescat in pace

Vigilaba la casa de Pete Maxwell deseando que Garrett saliera a la calle cuando vio a Celsa. Abrió la puerta. La muchacha se le abrazó aliviada. Billy correspondió al abrazo besándole el cabello.

-Cuando oí que te habían matado…

-Estoy bien –le decía besándole la frente, las mejillas, los labios trémulos en los que notó el temor de su novia.

Celsa rompió a llorar al liberar la tensión acumulada. Pronto estuvo respondiendo a los besos.

La había despertado un criado de Pete Maxwell, que le dijo que venía de parte del sheriff Garrett, porque quería hablar con ella.

-¿Y qué hace Pat en casa de tu amo?

-Es que ha matado al Chavito.

No creyó a su cuñado cuando le dijo que Billy vivía después de abofetearlo en cuanto lo vio. No le creyó, porque necesitaba ver el cuerpo.

La puerta de la carpintería estaba atrancada, pero dentro se oía ruido. Volvió a empujar. Golpeó la puerta. Quien estuviera dentro dejó de hacer lo que hiciera, pero no abrió; sin duda querían hacer creer que no había nadie. Volvió a llamar insistentemente. Al final Jesús Silva entreabrió el portal.

El mexicano miró a ambos lados y la hizo entrar rápidamente. Cerró.

Sobre la mesa de trabajo Celsa vio un cuerpo cubierto con una sábana. En un rincón Frank Lobato estaba construyendo un ataúd.

Jesús la sujetó del brazo cuando se encaminó hacia el muerto.

-No es Billy –dijo.

-Tengo que verlo.

-No es él, es Barlow –mintió. Mejor que no supiera que habían cambiado el cuerpo; cuantos menos supieran que seguía vivo más difícil de que Garrett se enterara alguna vez –Billy está en un sitio seguro.

-¿Dónde?

-En la casa que hay detrás de la valla de los Maxwell.

Y era cierto, cierto, pensaba ahora entre los brazos del joven, buscando desesperada con sus labios rojos como amapolas los de Billy, casi mordiéndoselos cuando lo besó. Kid respondió con pasión, clavándole los dedos en el talle, notando como los jóvenes pechos cónicos se aplastaban contra su tórax.

Luego Celsa permaneció abrazada unos segundos, como si aquel cuerpo fuerte que le sostenía fuera un espectro que se desvanecería al separarse.

Billy aún la sentía temblar.

-Estoy bien –repitió y volvió a besarla, dulcemente esta vez.

-Pat ha matado a tu amigo –murmuró Celsa cuando el beso la liberó.

-¿A Billy Barlow?

Asintió.

-Pues es el último que matará.

Las muertes de Tom y Charlie le habían dolido, pero las aceptaba; era lógico que algo así ocurriera tarde o temprano dada la vida que llevaban, pero Barlow era inocente.

-No te vengues, Billy. Además, son tres.

-No lo mataré yo, descuida. Voy a salir para que me vean todos, que sepan que ha matado a otra persona. Que lo cuelgue esa Ley que tanto defiende.

-Y sabrán todos que estás vivo. Te seguirán persiguiendo y algún día se te acabará la suerte.

Billy la miró a los ojos, leyó sufrimiento en ellos, como si realmente hubiera muerto.

-¿Es que quieres que me aproveche de este crimen?

-Es lo que quiere Pat. Me ha enviado con un trato.

Pat Garrett haría pasar a Barlow por él. Todos creerían que Kid Bonney había sido muerto en Fort Sumner y dejarían de perseguirle. Billy salía ganando, podía empezar una nueva vida, libre, cambiando de nombre. Él también ganaba, se libraba de la acusación de asesinato.

-Y de paso se lleva todos los honores por haberme matado –concluyó amargamente Billy.

-Guste o no, es la única solución para que dejen de acosarte.

Era una oferta tentadora. No le gustaba, prefería dar a conocer el homicidio de Garrett; se sentiría feliz si lo ahorcaban. Pero Celsa tenía razón, seguirían hostigándole y estaba cansado de luchar. Le repugnaba beneficiarse del pobre Barlow, pero ¿qué otra opción tenía?

Los ojos de Celsa seguían llorosos. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, si accedía, estaba contemplándola por última vez, que nunca más vería sus hermosos ojos negros, ni su belleza morena, su olor a adelfa, su risa cristalina, su… le acarició la mejilla.

-Ven conmigo –suplicó.

Celsa negó con la cabeza antes de abrazarlo.

-No puedo. Todos saben que nos queremos. Si lo hago, sospecharán, sabrán que vives, porque ninguno se creerá la patraña de tu muerte.

-Celsa…

La muchacha le puso las yemas en los labios haciéndolo enmudecer.

-Por favor, no digas nada. No me hagas más difícil renunciar a ti.

Billy sentía un nudo en la garganta. Se había quedado aquellos meses arriesgando su vida, más que por venganza, por estar con ella, intentando convencer a Saval de que le diera permiso para que se fuera con él al Viejo México; deseaba casarse. Pero Saval no cedió, no quería que su hermana uniera su vida a un desperado, independientemente de que la madre la necesitara. Sólo con que Saval hubiera accedido Celsa habría arrastrado toda clase de peligros por Billy, pero así… tenía demasiado arraigadas las costumbres de su tierra y Celsa, por su parte, sabía que Billy tampoco haría nada que no considerara correcto. Por tanto, era el fin, ambos lo sabían.

-Te quiero –fue lo único que murmuró Billy. No insistió. Había tenido un momento de debilidad, pero no podía pedirle que se fuera con él, convirtiéndola en otra fugitiva, porque, aunque todos lo creyeran muerto, nunca podría llevar una vida normal, siempre estaría huyendo, fingiendo ser quien no era, siempre con el temor de que alguien lo reconociera. No podía ofrecerle aquello, no debía darle aquella vida. Celsa se merecía algo mejor.

-Dile que acepto el trato –dijo con voz tan rota como su corazón -. Dile otra cosa –ahora la voz fue dura sin poder ocultar el rencor -. Dile que tenemos una cuenta pendiente y que dentro de un año, diez o veinte, pasaré a cobrarla. Dile que no sé cuándo será, pero me la cobraré.

-Billy…

-¡Díselo! Que viva con miedo.

***

Pat Garrett había hecho venir a casa de los Maxwell a Paco Anaya, que acudió con un amigo, para que sirvieran como miembros del jurado forense y firmaran un documento que el propio Garrett había redactado.

Anaya leyó el escrito, ponía simplemente que Billy había muerto debido a una herida de bala a manos de Pat Garrett.

-¿Dónde está el cuerpo?

-En la carpintería, ya está en la caja.

-Es algo irregular firmar que está muerto sin ver el cuerpo.

-Está muerto. Pregúntale a Jesús Silva, él recogió a Billy.

Garrett confiaba que Silva mantuviera el infundio por el bien de Kid si Anaya le preguntaba.

Cuando quedó solo releyó el escrito. Gruñó. Quedaba demasiado pobre. Necesitaba algo más florido, que diera pompa a su persona, que quedara patente el bien social que había hecho.

Rompió el documento firmado por Anaya, luego diría que se había extraviado. Era necesario escribir otro, y en español, que quedaría mejor. Un nuevo manuscrito que Paca Anaya siempre diría que era falso y con dos peculiaridades que apoyan la falsificación, como fue que algunos de los supuestos firmantes escribieron mal sus propios nombres y que, siendo amigos de Billy, declararan que Garrett se merecía una recompensa.

Pero a Garrett se le escapó un detalle importante que también demuestra el fraude de su documento: en el libro de Defunciones de Fort Sumner no consta el fallecimiento de William Bonney, alias Kid. Algo insólito si tenemos en cuenta que debió ser el acontecimiento más importante del día. Más aún, ni siquiera el juez de Fort Sumner, Alejandro Segura, hizo una entrada en sus libros del informe elaborado por Pat Garrett, cuando, según dicho documento, fue él quien lo encargó, escribió y además fue uno de los firmantes.

***

Territorio de Nuevo México. Condado de San Miguel del Primer Distrito Judicial al Procurador del Territorio de Nuevo México.

Saludos.

Este día 15 de Julio de A. D. 1881, recibí yo, el abajo firmado, Juez de paz del Precinto arriba escrito, información que había habido una muerte en Fuerte Sumner en dicho precinto e inmediatamente al recibir la información procedí al dicho lugar y nombré a Milnor Rudulph, José Silva, Antonio Savedra, Pedro Antonio Lucero, Lorenzo Jaramillo y Sabal Gutierres un jurado para averiguar el asunto y reuniéndose el dicho jurado en casa de Luz B. Maxwell procedieron a un cuarto en dicha casa, donde hallaron el cuerpo de William Bonney alias “Kid” con un balazo en el pecho en la lado izquierdo del pecho y, habiendo examinado el cuerpo, examinaron la evidencia de Pedro Maxwell cuya evidencia es como sigue. “Estando yo acostado en mi cama en mi cuarto a cosa de media noche el día 14 de Julio entró a mi cuarto Pat F Garrett y se sentó en la orilla de mi cama a platicar conmigo. A poco rato que Garrett se sentó, entró William Bonney y se arrimó a mi cama, con una pistola en la mano y me preguntó, “Who is it? Who is it?”  y entonces Pat F Garrett le tiró dos balazos a dicho William Bonney y se cayó el dicho Bonney en un lado de mi fogón y yo salí del cuarto. Cuando volví a entrar ya en tres o cuatro minutos después de los balazos, estaba muerto dicho Bonney”.

El jurado ha hallado el siguiente dictamen: “Nosotros los del jurado unánimemente hallamos que William Bonney ha sido muerto por un balazo en el pecho izquierdo, en la región del corazón, tirado de una pistola en la mano de Pat F Garrett y nuestro dictamen es que el hecho de dicho Garrett fue homicidio justificable y estamos unánimes en opinión que la gratitud de toda la comunidad es debida a dicho Garrett por su hecho y que es digno de ser recompensado”.

M. Rudulph, Presidente

Anto. Savedra

Pedro Anto. Lucero

Jose X Silba

Sabal X Gutierrez

Lorenzo X Jaramillo

Todo cuya información pongo a conocimiento de U.

Alejandro Segura

Juez de Paz

***

Billy detuvo el caballo y echó un último vistazo a Fort Sumner. Era poco más de las tres de la mañana. No tenía nada claro lo que iba a hacer, excepto que cruzaría la frontera.

De pronto tuvo la sensación de haber vivido ya aquel momento.

Sus labios hicieron mención de una media sonrisa; amarga.

El día que mató a Cahill y huyó a Nuevo México.

Se repetía.

Salvo que ahora tenía más experiencia y estaba más escarmentado. Tendría que tener cuidado y evitar los errores que había cometido.

Volvió grupas. El caballo iba al paso. Tenía un largo trecho hasta Río Grande.

Billy the Kid había muerto.

***

El Niño se demoró en Fort Sumner, se afirma, debido a una relación mutua que existe entre él y una hermana de Pete Maxwell, y también por la razón de estar entre amigos, ya que se sentía más seguro allí que en cualquier otro sitio.

***

Desde que escapó, había dejado crecer su barba y había intentado disfrazarse de mexicano oscureciéndose la piel con algún tipo de raíz. Cuando le dispararon, iba vestido para el clima caluroso, con una camisa blanca, pantalones y calcetines.

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